Nunca seré la más guapa, ni la más simpática. Soy de las que sonríen y al minuto siguiente pueden estar llorando. Soy cabezota, aunque solo cuando quiero que me convenzas. Soy de las que ama toda clase de ñoñerias, de caricias, mimos y abrazos. Soy de las que se inventa palabras, de las que necesitan ir por la calle agarradas de tu mano, de las que si se pierden lloran. Soy de las que se enfadan y a la hora siguiente no ha pasado nada. Soy irritable, inmadura, y a veces hasta un poco cría. Soy de las que confía tanto en la gente, que se ha llevado más de una decepción. Soy de las que no pueden dejar de hablarte por muy enfadada que estén, de las que se mueren de celos cuando es otra persona quien te hace sonreír. Soy de las que sueñan con vampiros, ángeles y toda clase de cosas paranormales e irreales. Soy de las que cuando se pone nerviosa habla mucho o me muevo mucho, de las lloronas que odian llorar en público, de las que se quedan sin argumentos en mitad de una discusión. Soy una persona que necesita continuamente que le digan te quiero, que demuestren que se preocupan por ella porque soy extremadamente insegura. Soy de las que al verte con un chico o con otra chica pienso en todo lo que ellos podrían aportarte que yo no tengo, de las que se rallan por una canción en el tablón. Soy de las que prefiere quedarse en casa con una sesión de películas, o leyendo un libro que salir a la calle.
Y estoy segura de que nunca seré la mejor, ni a la que todos miran cuando va por la calle, ni siquiera la que conoce más gente o la más popular. Tampoco soy de las mejores amigas que te puedes encontrar, ni la más estable. Pero estoy aquí, y aunque no lo merezca, aunque tú merezcas tener a algo más que yo, te amo. Con todo mi ser.
